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De ciudad en ciudad a través de la línea férrea

Una buena opción para movernos por Alemania es en tren. Este medio de transporte en este país es un verdadero placer. Prácticamente todos los pueblos alemanes están comunicados por tren y disponen de una estación principal en el centro de la ciudad, por lo que llegas y sales de los centros urbanos. Casi todos los trenes tienen espacios reservados para las sillas de ruedas y servicios accesibles. La Deutsche Bahn (DB) (como aquí RENFE) dispone de rampas, elevadores y numerosos artilugios para movernos por los andenes, aunque en las grandes estaciones no los necesitaremos, ya que todo es accesible.
 

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Puede decirse que en Alemania todo se mueve alrededor del tren. Es el medio de transporte por excelencia y las estaciones son lugares de gran actividad. Tienen numerosas tiendas y restaurantes de todo tipo, e incluso hasta las más pequeñas tienen algún puesto de comida rápida. Para pasar unos días resulta muy práctico adquirir una especie de bono tren, que te permite subir y bajar en cualquiera de los trenes del país durante un determinado número de días. Antes de subirse hay que pasar por la ventanilla de billetes de las estaciones.

Buscar una ciudad que haga centro para alojarse es muy cómodo. Nosotros elegimos Erfurt. Tras el vuelo de Madrid a Frankfurt en menos de tres horas, un tren desde el aeropuerto hasta el centro de Erfurt. Junto a la estación, el hotel Inter City. Allí, soltar las maletas y salir a dar paseos para recorrer todo lo que se ponga por delante.

En todas las estaciones hay carteles que indican en qué sitio exacto del andén tienes que colocarte a esperar la llegada de tu tren. Cuando llega, sólo tienes que preocuparte de subirte y ya estás en tu vagón. Una vez colocados en el espacio reservado, en poco rato estás en tu destino.

Desde Erfurt puedes ir en tren a visitar Berlín, Dresden, Dusseldorf, Hannover, Frankfurt, Leipzig, Hamburgo, Nuremberg... y muchos sitios más. Algunos están en la misma línea de tren y puedes bajar, ver la ciudad, pasear, y seguir hacia otro destino. Y sin tener que conducir, repostar, pagar peajes o buscar aparcamiento. Se pueden aprovechar las rutas en tren para comer, ya que llevan mesas, tras comprar la comida en puestos de comida rápida de las estaciones.

La velocidad de los trenes es natural en un país tan llano como Alemania y es normal ver en los velocímetros que hay en los vagones que superen los 200 km. Son amplios y cómodos. Sólo en algunas estaciones hay dificultades. Pero seguro que aparece un operario, saca una máquina oruga y resuelto.

Si además te gustan la cerveza y las salchichas, estás de suerte porque se pueden comprar en los numerosos kioscos de las estaciones y así repones fuerzas para continuar la ruta. Dentro de las ciudades puedes moverte en autobús o en tranvía, que también son accesibles.

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