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La ciudad de las casas colgadas sobre la hoz del río Huécar

Cuenca, ciudad patrimonio de la Humanidad, es un rincón de nuestro país que bien merece una visita. El casco histórico está repleto de callejuelas, tras las que se esconde alguna sorpresa. Para llegar, lo mejor es ir en coche hasta la Plaza Mayor, donde hay un par de aparcamientos reservados para personas con movilidad reducida. Allí encontramos con la imponente catedral de Nuestra Señora de Gracia, un edificio con escaleras en su acceso principal. Por uno de sus laterales tiene un ascensor (hay que llamar por teléfono) y se accede al vestíbulo, desde el cual no tendremos ningún problema para recorrer toda la nave central, ya que el suelo está en forma de rampa.
 

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La visita
Desde la plaza Mayor hay una subida por la calle de san Pedro que lleva a la parte más alta de la ciudad. Tanto en el ascenso como en la parte superior, hay miradores hacia la hoz del Júcar. Y por el otro lado, también una estupenda perspectiva hacia la hoz del Huécar, con el antiguo convento de san Pablo, reconvertido en Parador de Turismo, el puente con el mismo nombre y las casas colgadas.

Una vez visitada la catedral, y también desde la Plaza Mayor, comienza un descenso hacia la parte baja descubrimos tres arcos que soportan el Ayuntamiento, un edificio del siglo XVIII. Recorriendo preciosas callejuelas, algunas con cierta dificultad porque están empedradas y con subidas y bajadas, se llega al puente de san Pablo.

Este puente comunica el convento de san Pablo, Parador de Turismo de Cuenca, con el casco histórico de la ciudad salvando la hoz del río Huécar. Desde aquí hay unas vistas inigualables de las emblemáticas casas colgadas de Cuenca, por lo que no puede faltar hacernos la foto de rigor. El Parador de Cuenca, con su sibarita restaurante San Pablo es un estupendo lugar donde refrescarse si es en verano o entrar en calor en invierno, pues las temperaturas ahí son extremas.

Desde el puente se pueden ver no solo las casas colgadas, sino una estupenda perspectiva de la hoz, con algunas casas cerca del cauce del río,  y todas las viviendas que se encuentran cercanas al precipicio.

Dónde dormir
Si el viaje se hace en coche se puede elegir para alojarse unas casitas-apartamentos ubicados en las afueras de Cuenca, donde no hay problemas de aparcamiento. El complejo, con precios muy asequibles, se denomina "La villa de don Quijote", y es una especie de poblado formado por varias casitas y zonas ajardinadas.  Los apartamentos están totalmente equipados, por lo que resulta cómodo si no queremos desayunar, comer o cenar en restaurantes. 

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